¡Deja que adiós te diga con los ojos,
ya que a decirlo niéganse mis labios!
¡La despedida es una cosa seria
aun para un hombre, como yo, templado!
Triste en el trance se nos hace incluso
del amor la más dulce y tierna prueba;
frío se me antoja el beso de tu boca
floja tu mano que la mía estrecha.
¡La caricia más leve en otro tiempo
furtiva y rápida, me encantaba!
Era algo así cual precoz violeta,
que en marzo los jardines arranacaba.
Ya no más cortaré fragantes rosas
para con ellas coronar tu frente.
Mi amor, es primavera, pero otoño
para mí, por desgracia será siempre.
Excelente... Sencillo y profundo..
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